Venezuela un fracaso socialmente aceptado


Venezuela descrito como una de las potencias petroleras más llamativas en el mundo, y no solo eso contamos con grandes industrias de materia prima que han sido utilizadas por las políticas del Gobierno para aprovecharse de los sueños de muchos venezolanos, y tomando en cuenta que las empresas de servicios básicos también pertenecen al Gobierno Nacional la batalla social se convierte en una lucha muy fuerte, dependiendo de la ciudad, la gente quiere trabajar en las grandes empresas del estado SIDOR, PDVSA(Beneficio económico vs Estancamiento).


Desde el Gobierno, casas de estudios, amigos, conocidos, conversaciones ajenas, pareja y familia influyen en nuestros pensamientos desde lo que nos hacen creer, hasta ese sueño propio que lleva el ser humano que en mucho casos su influencia se desconozca, cuando encontramos políticas donde los sacrificios no valen la pena o el fracaso es socialmente aceptado usando frases como “Agradece, Dios sabe lo que hace”, dudamos en si vale la pena luchar por un sueño o simplemente irse por lo seguro trabajar en una empresa nacionalizada.

Las políticas nacionales desde regalarle a los pobres en vez de darles herramientas para producir, desde las delincuencias institucionales sin que sean penadas o simplemente son aplaudidas han creado un virus de mediocridad en la población, gran porcentaje de los venezolanos quieren un cargo gubernamental para conseguir mucho dinero, sin saber que existen herramientas mejores para sacar un país adelante.

De la Política a lo que dicen los padres su variación está en que nos mandan a estudiar para ser unos buenos trabajadores nacionalizados con muchos beneficios sociales, o simplemente cumplir con la responsabilidad como hijo, porque la única meta de un padre es que un hijo se gradué y desde ese momento es libre para cumplir con sus sueños de lo contrario no.

Por buscar el compromiso como hijos muchos apuestan a distintas casas de estudios, sin darse cuenta que las políticas educativas están abocadas a crear buenos trabajadores, trabajadores socialmente aceptados éticos, responsables y con sueños promedios, y en muchas ocasiones hasta muy técnicos solo especializados en el área a la que estudiaron.

Toda esta mezcla de distintas ideas, nos hacen poco a poco tener los síntomas de mediocridad no dar más por algo, evitamos la disciplina, corremos de las responsabilidades, huimos del trabajo duro, simplemente es limitarse al ejercicio de vivir el presente.


Redactado por José Martínez

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